No lo celebro a pesar de ser mi cumpleaños y como estoy de lo políticamente correcto hasta esa parte que el pudor me impide nombrar pero que los romanos se cubrían con una cojonera de mimbre, no he tenido más salida que escribir este post.
Esta fecha tan señalada en el imaginario español no es sino una justificación romántica y nebulosa de lo que en realidad fue: Un genocidio a escala continental sólo comparable a lo que la Alemania nazi intentó hacer en Europa, a mayor escala incluso.
Más de 300 años los colonizadores españoles y la metrópoli explotaron sin compasión el rico continente sudamericano hasta llegar a unas independencias donde al fin y a la postre acabaron gobernando las minorías criollas (como sucede hasta ahora salvo contadas excepciones como Bolivia), minorías que convirtieron America del Sur en refugio de genocidas, amparo de dictadores y finquita privada de grandes corporaciones y multimillonarios al estilo de Ted Turner; víctima de experimentos neoliberales como los de la Escuela de Chicago de Milton Friedman o fuente de estudiantes y militares sicarios de los estadounidenses más conservadores en la Escuela de las Américas.
Por eso subrayo en este post algunos fragmentos del paper «JUSTIFICACIÓN DE LA CONQUISTA Y DOMINACIÓN DE LOS INDÍGENAS AMERICANOS» publicado en la Universidad de Valencia por Oswaldo Albornoz Peralta.
Estos fragmentos son frases literales de algunos de los defensores de la conquista y dominación de Sudamérica por parte de la metrópoli española y los poderosos de raza blanca. Sepamos lo que pensaban exactamente y sin tapujos avergonzémonos de la conquista criminal. No, no me siento culpable en lo personal, pero históricamente España se puede equiparar y lo hace sin ningún tipo de sonrojo a los más negros personajes y momentos de la historia mundial.
«Esos bárbaros, aunque, como se ha dicho, no sean del todo incapaces, distan, sin embargo, tan poco de los retrasados mentales que parece no son idóneos para constituir y administrar una república legítima dentro de los límites humanos y políticos. Por lo cual no tienen leyes adecuadas, ni magistrados, ni siquiera son suficientemente capaces para gobernar la familia. Hasta carecen de ciencias y artes, no sólo liberales sino también mecánicas, y de una agricultura diligente, de artesanías y de otras muchas comodidades que son hasta necesarias para la vida humana».
Fray Ginés de Sepúlveda. «Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios»
«Con perfecto derecho los españoles ejercen su dominio sobre estos bárbaros del Nuevo Mundo e islas adyacentes, los cuales en prudencia, ingenio y todo género de virtudes y humanos sentimientos son tan inferiores a los españoles como los niños a los adultos, las mujeres a los varones, como gentes crueles e inhumanos a muy mansos, exageradamente intemperantes a continentes y moderados, finalmente, estoy por decir cuanto los monos a los hombres. La justa guerra es causa de la justa esclavitud, la cual contraída por el derecho de gentes, lleva consigo la pérdida de la libertad y de los bienes.»
Francisco Ruiz, obispo franciscano
El indio, «aunque es gente maliciosa para concebir ruindad en daño de los cristianos, no es gente capaz ni de juicio natural para recibir la fe ni las otras virtudes de crianza necesarias a su conversión».
Betanzos, religioso conocido enemigo de De Las Casas
«Eran incapaces de la fe, lo cual justificaría su total sometimiento al español americano»
« Los indios eran bestias, que habían pecado, que Dios los había condenado, y que debían perecer todos».
El dominico Tomás Ortiz
«Los hombres de tierra firme de Indias comen carne humana, y son sodomíticos más que ninguna otra generación. Ninguna justicia hay entre ellos, andan desnudos, no tienen amor ni vergüenza, son como asnos, abobados, alocados, insensatos; no tienen en nada matarse ni matar…».
«Cuando más crecen se hacen peores; hasta los diez o doce años parecen que han de salir con alguna crianza; pero de allí en adelante se vuelven como brutos animales; en fin, digo que nunca crió Dios tan cocida gente en vicios y bestialidades, sin mezcla de bondad o cortesía. «
«Además, no son capaces de doctrina, sus juicios son bajos y apocados, no tienen arte ni maña de hombres, no quieren mudar de costumbres ni de dioses, son cobardes como liebres, sucios como puercos, crueles, ladrones, mentirosos, haraganes, hechiceros, micrománticos y numerosos defectos y vicios más»
López de Gómara, en su voluminosa Historia General de las Indias
«Facilísimamente se juntan con las mujeres, y aun como cuervos o víboras, y peor; dejando aparte que son grandísimos sodomitas, holgazanes, mentirosos, ingratos, mudables y ruines».
Y así podríamos encontrar cientos de patriotas del Imperio Español y en su mayoría sicarios del Papa de Roma. La verdad es que tendremos muy difícil que con este comienzo de la historia y lo que llegó a ser durante la segunda mitad del siglo XX nos aprecien. Sobran los comentarios
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