Nadie lleva flores a la tumba de un suicida

México – Senado urge normativa para la prevención de suicidios

Esta frase se la escuche a Jennifer Niven, una de las escritoras más vendidas en los último años según el New York Times. En realidad da igual. Entiendo el suicidio como una de las formas más excelsas en la que el Ser Humano puede expresar su libertad. De hecho es una forma extremadamente comprometida de usar la capacidad de volición, entendido en su sentido más literal de acto de voluntad, de llevar la libertad personal al extremo de decidir renunciar a todo lo que has sido, lo que eres, y lo que es más importante lo que podrías llegar a ser, tener o conocer.

No intento hacer una apología del suicidio porque obviamente siempre se llega a su vecindario cuando cualquiera de las aspectos de la vida del suicida o son demasiado dolorosos, o quizá cuando el estado de aislamiento y de soledad es tal que ya se está un paso más allá del dolor y ya ni siquiera el dolor te acompaña. Yo lo veo como el último acto de afirmación del Ser humano como alguien libre en su completitud. Esa libertad es la que han aborrecido tanto las religiones especialmente las de origen judeocristiano, en general las religiones del «Libro». Nuestra sociedad occidental, especialmente la occidental, es una sociedad que habla constantemente de libertad, y eso sólo puede suceder cuando se la añora, cuando se sabe perfectamente que se carece de ella, y es entonces cuando inventamos el subterfugio de creer ciegamente en el supuesto acto de cobardía que es el suicidio.

Si nos atenemos a lo que sabemos sobre suicidas célebres a lo largo de la historia podremos ver que siempre el personaje coincide con alguien que ha tenido a la libertad como algo supremo o que difruta de inteligencia y creatividad contrastada. Solo la oscuridad de la vida del «Común» puede referirse al suicidio como una vía rápida para salir del laberinto de la vida sin luchar. EL suicidio es el último acto de esta vida y está regido por la capacidad libre de elección, pero siempre nos lo pintarán como la salida desesperada de un cobarde, porque cuando se asoman al espejo no ven a Alicia, solo ven a ese triste y mediocre personaje que ni fue, ni es y lo peor que no será nada y que solamente poseen esa vida que los ha convertido en esclavos, esa vida que les ha configurado como enanos morales que prefieren pudrirse en vida a salir al campo a lomos del caballo llamado Muerte al grito de : ¡LIBERTAD!

Las vueltas que puede dar un cuadro. Por Carmen Montero - Clases de  historia del Arte en Madrid

Hoy les ofrezco una selección de sentencias al hilo del tema del post.

“Una vez está en tu cabeza te conviertes en una extraña nueva raza, una forma de vida que adora fantasear sobre su propia extinción»

“Si decidí que no tengo nada por qué vivir ¿Quién demonios eres tú para contradecirme?”

» El suicida considera que la vida que tiene por delante será un sufrimiento tan grande, un dolor tan miserable que es mejor eximirse de ese descenso a los infiernos»

«El suicidio es una liberación, un descanso. No carece, entonces, de una cierta racionalidad»

«El suicida, bien mirado, reivindica su libertad, glorifica su libertad, se libera de sus acusadores y carceleros. Matarse es la última decisión libre con la que gobierna su cuerpo y su espíritu. Se mata porque quiere ser libre hasta el último estertor»

«El suicida quiere que sus familiares lo recuerden vencedor y no derrotado. Quiere desesperadamente que lo crean inocente, no culpable»

Casi todas las anteriores son sacadas del artículo de Jaime Baylei «Elogio del suicida»

Vincent van Gogh: de 'La noche estrellada' al suicidio


«Más vale un minuto de vida franca y sincera que cien años de hipocresía.»

(Ángel Ganivet)

«La vida es un sueño, el despertar es lo que nos mata.» (Virginia Woolf)

«Mi libro de cabecera es un revólver» y quizá alguna vez «al acostarme, en vez de apretar el interruptor de la luz, distraído, me equivoco y aprieto el gatillo.» (Jacques Rigaut)

«Suicidarse es subirse en marcha a un coche fúnebre.» (Enrique Jardiel Poncela)

«El único problema filosófico verdaderamente serio es el Suicidio. Juzgar si la vida es o no digna de vivir es la respuesta fundamental a la suma de preguntas filosóficas» (Albert Camus)

«Que piensen lo que quieran, pero no pretendía ahogarme. Tenía intención de nadar hasta hundirme –pero no es lo mismo.» (Josph Conrad)

«Fui al peor de los bares con la esperanza de que me mataran, pero lo único que podía hacer era emborracharme de nuevo». (Charles Bukowski)

«La única diferencia entre un suicidio y un martirio es realmente la cantidad de cobertura que te de la prensa». (Anonimo)

«El suicidio es la forma que tiene el hombre de decirle a Dios: ‘¡No puedes despedirme, renuncio!» (Bill Maher)

“Nos dicen que el suicidio es la mayor parte de la cobardía … que el suicidio está mal; cuando es bastante obvio que no hay nada en este mundo a lo que cada hombre tenga un título más inexpugnable que a su propia vida y persona «. (Arthur Schopenhauer)

«No podemos arrancar una sola página de nuestra vida, pero podemos tirar todo el libro al fuego ”. (George Sand)

Ser o no ser: esa es la cuestión:
Si es más noble en la mente sufrir
Las hondas y flechas de la indignante fortuna,
O tomar las armas contra un mar de problemas,
¿Y al oponerse acabar con ellos? Morir: dormir;
No más; y, por un sueño, decir que terminamos
El dolor de corazón y los mil choques naturales
Esa carne es heredera, es una consumación
Devotamente ser deseado. Morir, dormir;
Para dormir: tal vez para soñar: sí, ahí está el problema «.
(William Shakespeare, Hamlet)

Es mejor arder que apagarse poco a poco

Por hoy (y quizá ya no queden demasiados hoys) ya está bien.