Gerry Schum, artista alemán que sentó las bases del video arte definió el «Land Art» como aquella forma de expresión artística donde la tradicional imagen sobre el lienzo es superada por el propio modelo, d0nde el verdadero objeto del arte no es ya la imagen pintada de un paisaje sino el paisaje en si mismo, donde el paisaje es delimitado por el artista haciendo saltar por los aires el támdem taller-galería-coleccionista.
En 1969 J.A. Thwaites después del pase televisivo de la película «Land Art» comentó: » Salen a los desiertos y a los mares. Allí donde la soledad es mayor, allí se entregan a sus juegos con los elementos. Sólo la cámara registra lo que hace. El viento arrastra casi de inmediato sus efímeras creaciones, cuando no se ven cubiertas por las aguas. Y cuando encuentran la protección de los museos, tales obras no son sino la celebración de la transitoriedad«. De tal manera el título «Land Art» se transformará en santo y seña del trabajo artístico con el paisaje.
Ya en la antigüedad el paisaje fue objeto de interés literario y artístico como en las «Bucólicas» de Virgilio o en el género pastoril del siglo XVI con las églogas de Garcilaso o algunos fragmentos de «El Quijote» de Miguel de Cervantes. En el siglo XX, el expresionismo, surrealismo y futurismo hicieron gala de la representación de paisajes contrarios a la percepción sensorial, siendo Wassily Kandinsky el que acuñó el término de «lo espiritual en el arte». Las mediciones cartográficas, los conflictos militares, las nuevas rutas de viaje y comerciales y las innovaciones tecnológicas modificaron profundamente las líneas del paisaje. Su representación ha sido siempre símbolo de una voluntad de posesión y dominio.
Cuando en 1968 un grupo de artistas europeos y norteamericanos empezó a adentrarse en este tipo de expresión, el paisaje además de ser un mero objeto de descripción literaria y artística, se convertiría también en material plástico. La tarea artística debía desarrollarse necesariamente in situ, lo que planteó problemas desconocidos hasta ese momento. Las obras realizadas en el paisaje no se podían transportar y eran en la mayoría de los casos efímeras. Gerry Schum formuló una vehemente crítica del negocio del arte, la galería y el museo se le antojaban limitados y ensimismados en sus propios intereses económicos.
En 1968 se exhibe la exposición «Earth Works» en la galería neoyorkina Dwan con un gran éxito y que precederá a lo que será el «Land Art». El aspecto de las distintas obras era de todo menos uniforme sindo muy divergentes los intereses artísticos de los autores como sigue sucediendo.
La integración en el entorno es la característica más acusada de este tipo de arte, concibiéndose las obras para un emplazamiento concreto y realizándose en el mismo, las obras no son transportables y como dijo Richard Serra «Transportar la obra supone destruirla» con la imposibilidad de vender estas obras en galería lo que suponía un ataque frontal al mundillo artístico. Para los artistas, el aspecto determinante de la obra integrada en el entorno era su realización, no la documentación ni una hipotética venta.
Claes Oldenburg escenificaba la importancia del emplazamiento en el mismo centro de Nueva York. Con ocasión de la exposición «Sculpture in the enviroment», contrató un domingo por la mañana a tres enterradores profesionales para que abrieran un agujero de dimensiones humanas en Central Park, que tres horas después cubrirían de nuevo. Al cabo del día, la escultura sólo existiría tan solo en la filmación realizada por Oldenburg durante el breve proceso, dibujándose como un personaje esencialmente provocador.
Donald Judd, ya en su ensayo «Specific Objects» definía el nuevo arte: «La mitad o más de las mejores creaciones de los últimos años no son ni pintura ni escultura«. En 1966, el minimalismo recibió el espaldarazo definitivo con la exposición «Primary Structures» celebrada en Nueva York. Muchos de estos artistas paraticiparían posteriormente en la exposición «Earth Works«.
Cuando Richard Long («A line made by walking England»,1967) accdede a parajes recónditos (ciénagas, desiertos, cordilleras…) y crea líneas o círculos a partir de sus propios pasos o de piedras alineadas, surge la cuestión de cómo representar el caminar en el arte y declaró: «…Me gusta la sensibilidad desprovista de técnica». Las obras de Long ofrecen el contrapunto a las espectaculares y monumentales esculturas de los desiertos norteamericanos. Caminar y recolectar son dos maneras precavidas de acercarse al paisaje, de percibirlo y adaptarse a él.
En 1969, la galería Gibson de Nueva York presentó la exposición «Ecological Art», entre cuyos participantes estaban los artistas Christo y Jeanne Claude conocidos por cubrir grandes espacios y no adscritos realmente al Land Art, consistiendo en la presentación improvisada de fotomontajes, dibujos, textos y maquetas en las salas de la galería. John Gibson en su particular proyecto «Projects for Commisions» era posible adquirir la maqueta expuesta o bien financiar la materialización de los generalmente muy costosos proyectos. Llegaría a decir: «Casi podría decirse que soy un agente de ideas y no un marchate de arte».
Podríamos buscar el punto de partida del arte ecológico en el programa de regeneración de zonas afectadas por la extracción de materias primas iniciado en la década de los cincuenta en Estados Unidos. Robert Morris fue el primero que en 1973 llevó a cabo una obra de grandes dimensiones financiada con medios públicos. El terreno del actual Belknap Park en Grand Rapids (Michigan) se había visto dividido tras la construcción de una autopista. Morris diseñó para una elevación de tierra del parque su Grand Rapids Project X, que proponía la construcción de dos caminos ascendentes de asfalto que se cruzan a media altura sobre el montículo. Podríamos encuadrar este proyecto como un prototipo de una serie de proyectos medoambientales en los que se corrigen las modificaciones producidas por la construcción de infraestructuras o la explotación de recursos naturales sin por ello pretender ocultarlas. Este estilo esta actualmente ampliamente utilizado, en la mayor parte de las ocasiones con dudoso gusto por los departamentos de obras públicas, de nuestro país por ejemplo.
Las actividades abiertamente ecologistas fueron relativamente poco frecuentes, excepciones son «Time Landscapes» de Alan Sonfist y «Wheatfield A confrontation» de Agnes Denes. Ambos eligen como tema la aplicación de terreno urbano a fines alternativos durante un periodo concreto de tiempo. Denes organizó una siembra y posterior siega de trigo en un solar abandonado de Manhattan mientras que Sonfist optó por plantar y atender un jardín en una parcela del área más céntrica de Manhattan. Sólo despertaron la atención pasajera de los medios pero dieron un impulso definitivo a lo que se vino en llamar los «Nuevos Monumentos».
Nancy Holt es una de las artistas que representan esta tendencia de los Nuevos Monumentos. Entre 1973 y 1976 desarrolló sus «Suns Tunnels» para un emplazamiento en el desierto de Utha. Para ello dispuso sobre dos ejes secantes cuatro enormes tubos de hormigón de casi seís metros de largo y tres de diámetro. Como si de un observatorio se tratase, los cuatro tubos están orientados a partir de cálculos astronómicos. La disposiciónde los ejes está condicionada por los solsticios de verano e invierno, de manera que el Sol sale y se pone en el interior de los tubos.
El Land Art se caracteriza por la rutura con la tradición escultórica. La escultura podía ser ahora un montículo de tierra, un campo de varas mtálicas, una cabaña sepultada o una senda en el césped. Robert Smithson concluye: «Los museos, al igual que los asilos y las cárceles, tienen guardianes y celdas, o lo que es lo mismo, salas neutras llamadas galerías. Un obra de arte, instalada en una galería, pierde su carga y se convierte en un objeto o superficie portátil sin relación con el mundo exterior».
Para acabar, en España tenemos en el País Vasco el Bosque Mágico de Oma del maestro Agustín Ibarrola que desde aquí animamos a visitar. Uno de los mejores exponentes mundiales del Land Art, en ocasiones salvajemente maltratado por bastardos intereses mal llamados políticos de descerebrados sin sensibilidad ni para su tierra ni para aquello que tiene de sagrado y atávico el arte. Desde aquí nuestro homenaje al maestro Ibarrola por algunos de los momentos más sublimes que una obra de arte me ha brindado. Vaya este post por él.
Y como una imagen vale más que mil palabras a este post acompañará una galería virtual que se puede ver en el propio blog y en Pinterest.
En Pinterest ya podéis ver también los tableros dedicados al Pop Art, Edward Hooper, Obey y Banksy
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